[Writing Contest] Finish the story n°10: The Postman.

Hello, beloved community. It is truly very satisfying to participate in another activity with you.

Here is my story; I hope you like it.

                                **THE POSTMAN**

When the clock struck midnight, the letter in my hands began to glow.

I found it at the bottom of my backpack. The address was a bit confusing: Angel's Boat between the Witch Rock and the Pines, with no sender. I’m almost sure it wasn’t there when I took the bundle of letters to deliver, and I decide to go there as soon as dawn breaks.
The Witch Rock is a large stone that rises from the sea with a peak on top like a conical hat, and to its right stand the very dense Pines. There I expected to find Angel's Boat, according to the letter’s address, but only the sea was there, consuming my eyes from staring so hard.
<> I thought, and returned home.
I couldn’t sleep. Ever since I became the postman, the only one in the area, I have delivered every letter, and this one eludes me. What if it’s not a joke? Maybe the owner of the boat went fishing and will return in the morning.
<<When dawn breaks, I’ll go there>> I tell myself.
But I feel depressed again among the Rock, the Pines, and the empty sea.
<<I’ll come back tomorrow>> I promise.
And I do. I return again and again. Each day I spend more time in front of the sea. Over the years, I forget my job and home; I settle among the rocks and eat fish. My hair has turned gray, and my beard is long; I look like a moldy mushroom covered in saltpeter, waiting.
One day, almost about to lose hope, the Boat appears in the distance.
My old heart beats very fast as the vessel approaches slowly.
—Your letter —I say with a trembling voice when the fisherman looks at me—. Here is your letter.
—¡Ah! —says the other one— thank you, but it doesn’t matter.
He returns slowly to the Boat that quickly drifts away.
I collapse without strength onto the sand. The letter hasn’t glowed for a long time; with its darkened envelope, it seems to look at me from my trembling hands, and I open it.

A soft smell of seafood emanates from the blank page, sprinkled only with a few grains of salt.

💫 SPANISH VERSION✨

Hola, amada comunidad. Es realmente muy satisfactorio volver a participar en otra dinámica junto a ustedes.

Aquí les dejo mi cuento, espero que les guste.

                            **EL CARTERO**

Cuando el reloj marcó la medianoche, la carta en mis manos comenzó a brillar.

La encontré en el fondo de mi morral. La dirección un poco confusa: Bote del Ángel entre la Roca Bruja y los Pinos, sin remitente. Estoy casi seguro de que no estaba cuando tomé el mazo de cartas por repartir, y decido ir allí, apenas amanezca.
La Roca Bruja es una piedra grande que sale del mar con un pico en la punta como un sombrero cónico, y a su derecha se alzan los Pinos muy tupidos. Allí esperé encontrar el Bote del Ángel, según la dirección de la carta, pero sólo estaba el mar, que me comía los ojos de tanto mirar fijo.
<> —pensé y regresé casa.
No pude dormir. Desde que me convirtí en cartero, el único del lugar, he cumplido con la entrega de cada carta, y esta se me resiste. ¿Y si no es una broma? Quizás el dueño de la embarcación salió a pescar para volver en la mañana.
<<Cuando amanezca iré allí>> —me digo.
Pero me deprimo otra vez entre la Roca, los Pinos y el mar vacío.
<<Volveré mañana>> —prometo.
Y lo hago. Regreso una y otra vez. Cada día paso más tiempo frente al mar. Con los años olvido mi trabajo y hogar, me acomodo entre las rocas y como peces. He encanecido y la barba es larga, parezco un hongo mohoso cubierto de salitre, que espera.
Un día, casi a punto de perder las esperanzas, aparece el Bote en la lejanía.
Mi viejo corazón late muy aprisa mientras la embarcación se acerca despacio.
—Tu carta —digo con la voz temblorosa cuando el pescador me mira—. Aquí está tu carta.
— ¡Ah! —dice el otro— gracias, pero no tiene ninguna importancia.
Regresa con pasos lentos al Bote que se aleja a prisa.
Caigo sin fuerzas sobre la arena. La carta hace mucho que no brilla, con el sobre ennegrecido, parece mirarme desde mis manos temblorosas, y la abro.

Un olor suave a mariscos emana de la hoja en blanco, salpicada sólo por algunos granitos de sal.