Fiction: Changes (Cambios) [EN/ES]

Tim era un adolescente introvertido su mundo giraba entre redes sociales y juegos virtuales. Desde muy pequeño tuvo gusto por la vida virtual, ya que sus padres lo llevaron por ese camino, dándole el celular para que no molestara.

Los años pasaban y el pequeño Tim iba creciendo con su afición al celular, que se convertiría en adicción. Cada vez más se fue encerrando en ese mundo, donde no tenía miedo y era respetado por gente que ni siquiera conocía en persona.

La situación empeoró cuando sus padres se separaron por incompatibilidad de caracteres, eso quedó escrito con letra indeleble ante la sentencia, a Tim se le derrumbó el mundo, porque a pesar que era introvertido amaba a sus padres, y le gustaba pasar tiempo de calidad con ellos.

Ahora todo era diferente, Tim se refugió más en su mundo de fantasía, llegó a hacerse agresivo, y con su madre la relación era insostenible, Tim sentía que ella tenía la culpa de la separación por sus constantes celos, peleas y muchas otras situaciones que aburrieron al padre.

La madre de Tim no sabía qué hacer, de cierto modo había desarrollado un temor hacia su hijo, y la idea de un maltrato físico por parte de su hijo la hacía desvelarse, sentía que su hijo se le salía de su control y muy pronto caería al abismo de la oscuridad.

Por suerte no todo era negativo, Tim tenía un tío llamado Carl, le encantaba pasar tiempo con su tío. Él era muy cercano al chico y lo quería como a un hijo a pesar de no tener uno propio. Carl estaba cada noche se desvelaba pensando en la suerte que correría Tim en un futuro cercano.

Carl trataba de tener lo menos involucrado a su sobrino de los pleitos judiciales se los padres. No quería que su mente se dañara más con estos asuntos, que lo harían refugiarse más en su mundo de bits. Por todos los medios buscaba que Tim se alejara de esa casa tan deprimente y vacía.

Llegaba diciembre y Carl quería hacer algo especial por su querido sobrino, así que pensó en regalarle una bicicleta. La pintura roja con partes pintadas de negro, relucía bellamente ante la luz del sol; un asiento cómodo con un forro negro, decorado por sus personajes favoritos de anime y unas ruedas enormes con una línea blanca al ruedo.

Carl no podía esperar a llegar la noche de navidad y ver la cara que pondría Tim, terminó de hacer los preparativos y un moño rojo le pegó a la bicicleta para hacer más vistoso el regalo. Después de mucho esperar la gran noche llegaría, navidad había llegado con su magia y alegría a todas las personas, nada podría salir mal en aquella noche maravillosa, excepto...

Horas antes, Tim había tenido una discusión con su madre y se escapó con rumbo desconocido. La madre de Tim llamó a Carl desesperada pidiendo ayuda.

«Carl, por favor ayúdame a encontrar a Tim». La madre consternada soltaba sollozos tras de la bocina.

«No te preocupes, Leonor, encontraremos a Tim». Él sintió un terrible estrujamiento en su cuerpo, como si hubiera perdido una parte importante de él mismo.

Lo primero que hizo fue llamar al número del chico, pero no había respuesta, salió de casa y se dirigió al barrio donde vivía Tim con su madre. Empiezo a recorrer las calles gritando el nombre de su sobrino entre villancicos y fuegos artificiales que daban la bienvenida a la navidad.

Carl se paraba frente a un enorme árbol de navidad y miraba las luces de colores resplandecientes. Los ojos se le ponían vidriosos recordando a su querido sobrino, y pidió un deseo con todo el corazón. En ese instante sonaba el celular, Carl contestaba «Alo, Carl al habla».

«Tío, soy yo». La voz cambiante entre tonos agudos y graves de Tim resonaban por la bocina.

Carl sintió un descanso enorme, como si un gran peso hubiera sido quitado de sus hombros. «Tim, ¿dónde está?, para ir a recogerlo».

El chico le decía su ubicación y Carl rápidamente salió corriendo a encontrarse con su sobrino. Lo encontró sentado en una banca de un parque, frente a un árbol de navidad. Carl miró a Tim y lo abrazó tan fuerte para que no escapara de su vida. Las lágrimas brotaban en los dos pares de ojos color castaño.

«Tim, muchacho, como me haces preocupar, todos estamos como locos buscándote, ¿Qué ocurrió?», preguntaba expectante Carl ante el rostro aturdido de su sobrino.

«Es que mi mamá, estaba molesta porque papá me quería ver y ella no me dejó». Tim se agachaba ocultando la gran melancolía que llevaba su corazón.

«Sabes el proceso difícil que están pasando tus padres, pero al final de todo ellos te aman y se preocupan por ti. Debes ser más tolerante con tu madre y comprenderla». Carl abrazaba a su sobrino, mientras miraba las bellas luces navideñas.

«Lo intentaré, solo que es tan difícil. ¿Por qué la vida es tan dura?».

«Es así y durante todo el recorrido que hacemos nos encontramos con estos baches que son difíciles de sortear, pero debemos superarlos para seguir el camino. Ahora ven vamos a casa te tengo una sorpresa.» Carl con una gran sonrisa lo llevaba hasta casa.

Toda la familia, incluyendo su padre, los esperaban y les daban una gran bienvenida. Carl corrió hacia el árbol y le entregó la bicicleta, Tim emocionado se echó a llorar y rompió el papel regalo color rojo adornado con arbolitos de navidad y bolas de colores. La felicidad embargaba al chico, fue a abrazar a su tío y luego al padre.

«Todos los fines de semana saldremos a hacer ejercicio en las bicicletas, para que dejes un poco los vídeos juegos, jaja». Carl le tomaba la cabeza al chico y le alborotaba el pelo con la mano.

«Ok, tío, vamos a ver hasta dónde llego. Jaja».

Luego de meses la bicicleta se había convertido en un escape de la rutina y la depresión. Tim y Carl salían en sus caballitos de acero a comerse el asfalto de las carreteras. Tim empezaba a soltarse más y ser más extrovertido, la relación con su madre fue mejorando poco a poco.

Sin lugar a dudas los viajes en bicicleta eran fantásticos, Tim parecía que volaba mientras el aire fresco acariciaba su rostro, todas sus frustraciones y tristezas desaparecían con el cansancio y el esfuerzo de llegar a la meta cambiante en cada recorrido.

Fin

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Edited by Rincón Poético.}

Text authored by:
Camilo Torres
DRA

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