Desde pequeña en la casa siempre se usó el filtro de agua, mis padres han sido fieles al uso de estos y yo cuando me mude a mi propia casa, lo primero que hice fue comprarme un purificador de ozono.

Todo iba bien, no tenía la necesidad de comprar agua de botellones y eso que tuve por 5 años como cuñado, al hermano del dueño de una de las empresas tradicionales de Agua Mineral en Venezuela, ubicada en San Antonio de Los Altos… adivinan ¿cuál es? Los leo en los comentarios… bueno aun así no comprábamos agua envasada.

En fin… no fue sino hace unos 8 años atrás cuando deje de usar el filtro, pues el mismo se dañó, el repuesto no se conseguía y con la situación económica en la que nos encontrábamos, era muy costoso comprar uno nuevo, así que… comenzamos a comprar los botellones de agua para nuestro consumo.

No fue fácil al principio porque no estábamos acostumbrados, había escuchado tantos cuentos extraños sobre esa agua… que incluso compramos las pastillas purificadoras las introducíamos en los botellones para estar más seguros.

Pasaron más de 6 años confiando, el camión llegaba todos los sábados a la 1 de la tarde a la residencia y cuando escuchábamos el peculiar grito de: “eeeel aguaaaa” ya salíamos con nuestros botellones a dejarlos en la puerta y los chicos del agua, como le decíamos entre vecinos, pasaban de piso en piso cambiando los vacíos por los llenos y hacíamos los pagos por pago móvil, que maravilla… que comodidad.

Perooooo…. Comenzaron las quejas de los vecinos, que si dejaban la puerta abierta, si mojaban el piso, que el camión estaba obstaculizando el paso... entre otros. Tratamos en lo posible de solventar la situación, nos turnábamos para velar por el procedimiento, no obstante finalmente prohibieron la entrada al camión surtidor de agua.

Ahí comenzó mi calvario, esta situación fue fatal para mí, porque yo no tengo carro y dentro de la residencia no hay comercios, para comprarlo había que ir lejos en automóvil. Así que me ha tocado depender de la cola de un vecino o de un familiar para ir a comprarlo. A veces he tenido que trasladar el envase de 5 litros de agua filtrada de casa de mi mama hasta mi casa hasta que pudiera conseguir quien me llevara a comprarlo.

Con el auge de este tipo de comercios, como todo en este país cuando agarran una moda comercial, abrieron un comercio de recarga de agua cerca de la entrada de la residencia, a unos pocos metros de la garita de vigilancia. Es un local agradable y limpio, venden esos botellones de colores e incluso los dispensadores con batería y los recargables también.Aunque igual sigo dependiendo de un carro para comprar los botellones, el trayecto ahora es más corto.

Este es mi testimonio con el consumo de agua potable, gracias por llegar hasta aquí y tomarte el tiempo para leer mi publicación.