Hay muchas personas que asocian la llegada de las lluvias con la abundancia, mi abuela que en paz descanse recuerdo que siempre nos decía cuando veía el tiempo puesto, huele a lluvia y con ella vendrá la buena cosecha; al rato empezaba a llover y me podía quedar hasta una hora en la ventana de la casa contemplando como caian las gotas de agua en el jardín de mi abuela, las flores se empapaban y hasta bailaban con el vaivén de la brisa como si estuvieran contentas por sentir esa agua que las refrescaba; y en lo que mi mamá se descuidaba iba corriendo a sacar mi bicicleta amarilla y me iba a pedalear por las veredas de la urbanización bajo la lluvia, me sentía libre y hasta temeraria por haberme escapado ja, ja, ja y me unía a los demás niños del sector que también estaban en bicicleta y nos retábamos a echar carreritas; fue una época muy feliz que disfrute al máximo, solo que cuando llegaba a la casa tenía mi regaño y jalón de oreja seguro, pero valía la pena, mi mamá me mandaba a bañar y cambiarme la ropa mientras me hacía un guarapo caliente.

En estos días empezaron las lluvias en la ciudad donde vivo, mis hijos y yo la desde lo alto de nuestra ventana, porque vivimos en un apartamento y a pesar de que no salimos a mojarnos en la lluvia como yo la hacía de niña, porque ahora entiendo a mi madre y creo que se pueden resfriar, aprovechamos mientras de jugar algún juego de mesa, porque si algo tenemos seguro en Venezuela cuando llueve es que la luz se va casi automáticamente ja, ja, ja. El juego favorito de mis hijos últimamente es el ajedrez, así que nos ponemos en la mesa del comedor a disfrutar de una partida, mientras nos tomamos un cafecito con leche. Y a ti, ¿Qué te gusta hacer mientras llueve?

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