El ahorcado. Suspiria, concurso de literatura y arte de terror, horror y ficción sobrenatural. 1ra edición (Literatura): Poseídos.

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Era una noche lluviosa para la pijamada que Camila y sus amigas habían organizado. Todo eran risas y diversión hasta que a Camila se le ocurrió que la noche era propicia para contar historias de terror.

La primera en narrar su espeluznante cuento sobre un fantasma que solía visitarla fue Ana. Su narración estuvo atrapante y le puso los pelos de punta a Julieta. Sin embargo, para aligerar el ambiente, hizo una broma de que el fantasma era todo un acosador y se echaron a reír.

Cuando llegó el turno de Camila, cayó un rayo muy fuerte que iluminó la habitación e hizo vibrar el suelo y temblar las ventanas de la casa. Las chicas gritaron del susto, menos Camila que se quedó en silencio como sumida en un pensamiento profundo. Ana se percato de esto y la sacudió preguntándole sí se encontraba bien. Esta le contestó que sí y sonrió de una manera rara.

Ana y Julieta se sintieron algo extrañas, como si el ambiente hubiera sido reemplazado por algo más. Así que decidieron dejar las historias de terror de lado. La sorpresa llegó cuando Camila les propuso jugar al juego del ahorcado. Ellas no querían, pero les insistió y pensaron que con esto se iban a olvidar del susto anterior. Así que Camila eligió una palabra de 6 letras y les preguntó quién quería empezar primero. Ana levantó la mano y eso fue todo.

No logró adivinar la palabra y al completar el ahorcado, Camila agarró una bufanda que había tirada en el suelo, la envolvió en el cuello de Ana y empezó a tirar con una fuerza sobrenatural. Casi sin reacción por lo brusco de la situación, Julieta observaba horrorizada como Ana daba patadas e intentaba zafarse, hasta que empezó a ponerse morada y sus movimientos se volvieron más lentos y luego, nada. Dejó de moverse, su cuerpo yacía sin vida. Camila la soltó, miro a Julieta y le dijo que ahora era su turno.

Lo último que vio Julieta fue la sonrisa macabra de Camila acercándose a ella.