Extraño Concurso No. 34. Las nuevas amigas

Bamba miraba a su compañera de trabajo con menosprecio: «es de plástico, pensaba», ella se ufanaba de sí misma, era de un cristal muy fino, sus compañeras se habían ido deshaciendo en las manos de los niños, quienes las apretaban con delirio cada diciembre.

Bamba era una sobreviviente, y se sentía la reina del árbol de navidad por el lugar privilegiado que tenía muy cerca de la estrella, había otras deshilachadas, no hace falta decir que estaban forradas de hilo y habían resistido muchos diciembres.

También estaba Lina, llegó a la casa en un cotillón de caramelos que repartieron en la escuela de los niños, para no desentonar la colocaban detrás, porque su apariencia contrastaba con las demás.

Su ego henchido la hacia resbalar su mirada en su reluciente superficie hasta posarse en la opaca de la bola de plástico. No ocultaba su desprecio.

Una noche el gato Misu, a quien también le permitían algunas libertades, se trepó encima de las viejas ramas y logró que el árbol se fuera al piso. Todas las bambalinas rebotaron, no así Bamba que se resquebrajó por un lado.

Al volver todo a su sitio, Bamba fue colocada debajo y en la parte trasera al lado de la bola de plástico que estratégicamente colocada ocultaba la maltrecha apariencia de la ahora nueva vecina.

Con el orgullo por el suelo Bamba comprendía su precaria condición, debía agradecer a Lina que sin quejarse tapaba su abollada figura. Ya no la veía tan opaca, hasta se le ocurrió que podrían ser amigas.

Comenzó a adularle y ensalzar su forma, con sabias intenciones tomó su mano; ella sabía que pasarían el resto del año en la misma caja, una vez pasados estos días, si el gato no cambiaba su suerte.

Esta es mi entrada para el concurso de @hivemexico.

Gracias por tu amable lectura.

Mi contenido es original.
Imagen propuesta por Hive-Mexico



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Muy reflexivo ya que a veces uno se puede dejar llevar por las apariencias y deducimos que son así o asa y al final de cuentas luego de conocerlos nos podemos llevar una grata sorpresa.

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Sí, al final no hay diferencias sino prejuicios.

Gusto en saludarte

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JAjajaja. No sabemos las vueltas que puede dar la vida, la orgullosa Bamba tuvo que quebrarse para comprenderlo.

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Pasa con frecuencia. Bueno comprenderlo antes.

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